viernes, 25 de octubre de 2013

Open House Barcelona 48h 2013 (parte 1 de 3)

Otro largo fin de semana… que mereció la pena.


El 48h Open House Barcelona ha celebrado este pasado fin de semana su cuarta edición. Ya va cogiendo solera este festival, aumentando en participación de voluntariado y lo que es más importante, afluencia de visitas. A mi parecer sigue flojeando la publicidad que se hace previa al festival: a pesar de venir mucha gente, la mayoría viene poco informada de horarios y de sitios a visitar. Eso si, el que se informa lo hace muy bien, y se planifica su ruta para poder aprovechar al máximo el fin de semana del festival. Se va creando poco a poco un público selecto, y eso es muy bueno.

Estándose haciendo mayor, éste año en el festival se ha experimentado con cosas nuevas respecto años anteriores, básicamente en conceptos económicos. La idea del merchandising de chapas, bolsas de tela, pulseras para no hacer cola, etc. no se cómo habrá funcionado. A mi parecer es un poco atrevido pensar que la gente vaya a pagar por algo en un festival que en si es gratuito. No es el Hard Rock Café ni el Park Güell, para que nos entendamos. Sí que me pareció muy buena idea el cobro de las guías: precio asequible, bastante mejores que las del año pasado y que volaron gracias al ya mentado público selecto, que les hizo un muy buen uso. Una de las cosas que se mantuvo respecto a otras ediciones es la preferencia de acceso a los edificios de los voluntarios, que un año más Mocanam, Yocarti y servidor quisimos aprovechar.


Alzado lateral de la finca Sansalvador
El sábado 19 de octubre nos plantamos en la entrada de la Finca Sansalvador (passeig de la Mare de Déu del Coll, 79) donde Cristo perdió el gorro. Allí se encontraba el solar que compró el doctor Salvador Sansalvador allá por 1909, un terreno alargado con fuerte pendiente, tanta que el doctor pretendía en su parte baja hacerse su residencia de verano, y en la parte más alta construir una pequeña casa para alquilar todo el año. Para ello el doctor contrató al joven arquitecto Josep Maria Jujol, en uno de sus primeros encargos.

Acceso por Mare de Déu del Coll. Casa del guarda
En 1910 se inician las obras con un muro de contención, la casa del guarda, un pozo de agua, unos jardines de montaña… Resulta que a alguien se le ocurrió analizar el agua del pozo, descubriendo que ésta tenía restos de actividad radiológica (por las peculiares características de las rocas que rodean al pozo practicado).



Fuera de preocuparse, el doctor se aprovechó de la fiebre radioactiva que imperaba por aquel entonces gracias en buena medida a los recientes descubrimientos de Marie Curie en química y física (por entonces había quien creía en los efectos beneficiosos de la radioactividad) y decidió detener la construcción de la casa, adecuar el acceso al pozo mediante unas galerías-cuevas e instalar allí una planta embotelladora, para vender el agua con el acongojante nombre de AGUA RADIAL.

Fachada neoclásica y varios de los motivos vegetales
La siguiente visita está a poca distancia de SanSalvador y se trata del actual Albergue de Mare de Déu de Montserrat. Digo actual porque como es lógico, a nadie se le ocurriría hacer un albergue a principios del s.XX allá arriba, y menos en un edificio con características tan peculiares. La familia Marsans, banqueros y si, la de los viajes, se manda construir una casa en lo que por entonces son los exteriores de Barcelona, un poco la moda de la época en contraposición a las grandes mansiones señoriales que la nueva burguesía se hacía en Passeig de Gracia, etc. El pijo de principios del XX quiere aire libre y buenas vistas.

El arquitecto contratado es Juli Marial y se marca un edificio exteriormente muy neoclásico: una fachada con tres módulos que en vertical están muy diferenciados gracias al retranqueo que hacen las alas derecha e izquierda, y dos módulos horizontales (las plantas) separados por unas grandes impostas. El pórtico de entrada con columnas y escaleras remarcan aun más el estilo. La única marca modernista son los motivos vegetales de las columnas y de la balconada, y por supuesto la tribuna lateral acristalada. Pero lo que llama la atención es el hall de entrada, con un conjunto de suelos, mosaicos, columnas y arcos arabescos que no te los esperas para nada. Vivos colores y caracteres árabes en las dos alturas que tiene el hall distribuidor en un edificio de exterior neoclásico con detalles modernistas. Eclecticismo en estado puro.

Tribuna acristalada modernista
Ecléctica es también la historia del edificio. De residencia de los Marsans a expropiación y hospital de campaña durante la Guerra Civil. Después pasa a ser caserna de la guardia mora (curioso por lo del hall). Más tarde se convierte en residencia de niños refugiados polacos durante el final de la Segunda Guerra mundial. Esto a mi me choca, pero un señor que anda por ahí lo explica muy bien: Franco se trae a niños polacos a España (Polonia invadida por los nazis, compartida con los sovieticos y nuevamente invadida por los sovieticos) de cara a lavar la imagen de España hacia los futuros vencedores de la guerra. De refugio pasamos a orfanato de niñas regentado por monjas y finalmente en 1983 pasa a manos del Ayuntamiento, que lo convierte en el primer albergue de la Red de Albergues de la Generalitat.

Hall distribuidor de la casa Marsans. Increible es poco

Dos primeras visitas con más chicha de lo que en un principio me imaginaba, sobretodo el albergue. Pronto aún con tiempo y con ganas de más, cogemos camino al Born. Desde el Coll. A pata...

continuará