martes, 24 de septiembre de 2013

Puig Castellar

Hace ya unos meses que Mocanam, Yocarti y servidor decidimos visitar el antiguo poblado íbero situado arriba del todo donde Cristo perdió el gorro en Santa Coloma de Gramenet, el llamado Puig Castellar.

Personalmente, creo que se ha dado poca cancha a este tipo de poblados íberos, que los hay y bastantes, en Catalunya. Fuera del asentamiento greco-romano de Ampuries que casi todo el mundo ha visitado, poca gente conoce las diferentes fortificaciones y asentamientos que los íberos (layetanos,  lacetanos,  ilergetas…) construyeron y que pueden verse hoy en día diseminados por todo el territorio. El asentamiento que nos ocupa es el del Puig Castellar y se encuentra en la cima del Turó del Pollo (303m). El acceso a pie es bastante fácil: a 40min del metro cuesta arriba o menos aun desde el autobús. Quizás fuera más, no lo recuerdo.

Estado actual del asentamiento layetano del Puig Castellar
Puig Castellar es un asentamiento íbero, para ser más exacto perteneció a la tribu layetana, un pueblo que habitó entre el río Llobregat y el Tordera entre los siglos VI y III aC, con ciudades importantes como Ailuron o Lauro (Mataró), Baetulo (Badalona), Egara (Terrassa) y Blanda (Blanes). El asentamiento layetano fue descubierto por Ferrán Segarra, un habitante de Santa Coloma, cerca del año 1905 en unas tierras que por aquel entonces eran suyas, pero que acabó cediendo al Institut d’Estudis Catalans.

Al igual que la mayoría de pueblos íberos, el asentamiento está situado en un cerro alto, una situación privilegiada que permitía controlar parte del rio Besós y mantener contacto visual con otros poblados cercanos: Ca n’Oliver, Turó de la Rovira, Turó d’en Boscà o incluso Montjuïc. Las construcciones carecen de cimientos: una simple primera fila de material ciclópeo (piedra rodada o cantos en este caso) le sigue una pared de adobe. Los techos son planos, de caña o madera que se recubre posteriormente con paja y barro. En Puig Castellar, la ciudad tiene forma elíptica, con pequeñas casas apiladas unas contra otras a lo largo de una avenida que va subiendo serpentenado el Turó del Pollo desde la puerta principal del muro defensivo hasta la explanada superior.

Recreación del asentamiento. Se aprecian las casas pegadas unas
a otras, el muro defensivo circundante y la única avenida ascendente
Lo que llama la atención del yacimiento es que siempre está abierto. Por las mañanas hacen visitas guiadas de manera gratuita siempre que se pidan por antelación. Pero se puede visitar por cuenta propia, que es lo que hicimos nosotros. En la entrada principal te encuentras con carteles metálicos que van informando sobre los accesos originales, la zona de la muralla, distribución de las viviendas, etc. La información está a cuentagotas y tienes que usar mucho la imaginación. Personalmente preferiría que el sitio estuviese cerrado y mejor controlado. Pero pese a la facilidad del acceso, no se aprecia vandalismo ni suciedad.

Una vez dentro del asentamiento, fácilmente reconocemos la distribución del mismo. Partiendo de la entrada original del muro defensivo, se sigue el camino de la estrecha avenida que servía de distribuidor en sentido horario. Solo hay un camino: va de la antigua puerta principal a la explanada de la cima, serpenteando. No hay callejones, no hay pérdida. Por el camino se aprecia como las casas estaban pegadas unas a otras, compartiendo una de las paredes usándolas como medianeras. Se pueden ver fácilmente en la avenida las zanjas de desagüe que en cada recodo se va entre las casas hacia la muralla y vierta fuera de ella.

Las casas son casi todas iguales, y no parecen muy grandes hasta que entras en la única réplica que hay de una de ellas en todo el recinto. Los paneles informan que es una especie de molino. Dentro (está cerrada con verja metálica, pero… bueno, que se puede entrar) se ve la distribución de una gran sala y luego un habitáculo para grano: vasijas, útiles… No se aprecia más distribución que esa, a pesar de que es bastante grande.
Tipología de vivienda íbera: una base de piedra y continuación
de la pared en adobe, compartiendo medianeras.
El tejado es plano, de cañizo o de paja mezclado con barro
Ya leí una vez en un libro llamado La casa. Historia de una idea de Witold Rybczynski, en un capítulo sobre la comodidad y el confort (conceptos modernos, recalcaba el autor), que hasta hace pocos siglos era corriente que una casa consistiera en una sala única, y que mediante el movimiento de mobiliario pasase a tener varias funciones a lo largo del día: comedor, lugar de trabajo, dormitorio… Dibujos en los paneles explicativos confirman esto: una casa de una habitación con un pequeño hogar y tiro exterior en una esquina, puede que alguna alacena al fondo y ya está.

Es fácil durante el ascenso por la avenida imaginar las casas tal y como debieron ser hace más de 2.000 años, pues la planta original está bien consolidada. Es al llegar a la cima cuando las construcciones se hacen más difusas y se pierde un poco la idea de asentamiento. Incluso en los paneles explicativos puedes leer que en la parte más elevada del asentamiento son todo suposiciones: casas más grandes y mejor protegidas por ser de mayor clase social, o algún tipo de plaza o zona común, o un templo quizás. Nada seguro al 100%.

Lo que se ve. Con la cámara del Xperia J, claro. Parece que el delta del Besós era zona pantanosa y los
barcos podían fondear hasta bastante adentro para comerciar. Una bonita estampa sería ver eso ahora

Si que queda claro, una vez arriba, que el emplazamiento no está elegido al azar. Sin ser un punto excepcionalmente alto, debido a lo llano de lo circundante se abarca con la vista una extensión enorme de terreno, gigante. Antigua tierra íbera aquello, tierra layetana. Todo eso antes era campo.


Enlaces:
www.mac.cat/Rutes/Ruta-dels-Ibers todos los yacimientos íberos en Catalunya
es.wikipedia.org/wiki/Puig_Castellar Puig Castellar en wikipedia


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