El Mercat de les Flors es el Actual Centro de Artes del Movimientos (según el encargado de hacernos la visita, decir Danza Contemporanea se quedado corto, pues el término no englobaría todo lo que hoy en día se entiende como movimiento).
Mercat de les Flors en 1929.
Se aprecia la cúpula, el pabellón actualmente
en pie (izda) y la antigua plaza con fuente
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Como muchos de los edificios de la zona de Montjuïc, el Mercat de las Flors fue diseñado como pabellón provisional en la Exposición universal de Barcelona en 1929, formando parte del complejo de edificios anejos al Palacio de Agricultura. Una vez terminada la exposición, el edificio cayó en desuso y se convirtió en poco más que un almacén (llegó a albergar los pináculos cerámicos de las torres de la sagrada familia durante los bombardeos de Barcelona en la Guerra Civil).
El edificio resucita gracias a la visita que Peter Brook hace a Barcelona, buscando un recinto donde se pudiera albergar una escuela de artes escénicas. El tal Mr. Brook es un revolucionador del teatro: aboga por olvidar el estaticismo del teatro clásico, de las artes escénicas donde espectador está en un lado y artistas en otro. Propone fusionar ambos, mezclarlos, dotar de movimiento a la creatividad, de expresividad, de vida... O algo así. Nunca he sido muy amigo de la danza, baile o neoteatro, pero el guía lo explica muy bien, y resalta que Brook encuentra en este espacio abandonado justo lo que andaba buscando.
Cúpula obra de Miquel Barceló. Representa a todas las artes removidas y mezcladas fusionando... algo. |
La disposición original del edificio es perfecta para el nuevo uso. Dispone de una gran sala central, clásica, circular y culminada en una cúpula decorada con pinturas que Miquel Barceló para la reinauguración. De esta sala organizadora, en origen conectaban dos pabellones (actualmente queda uno), de estructura aporticada de madera, que a pesar de haberse acondicionado como sala multiusos y reforzada estructuralmente, han procurado con esmero que se pueda seguir viendo. Lo original de la visita, desde mi punto de vista, es como se fusiona la arquitectura y la historia del edificio con el nuevo uso que se le ha dado. El guía ésto lo vive, y sabe de las dos cosas (el hombre tiene en el centro un cargo cultural y artístico importante, no recuerdo exactamente el qué, pero también es técnico) y se nota. La gran nave-pabellón se puede combinar de 1000 formas, moviendo bancos, escenarios, material,... Se presta a lo que la idea de artes escénicas de Peter Brook necesita.
Despúes de buen sabor de boca que nos deja el Mercat, cruzamos la plaza para ver lo que en principio veníamos a ver: el Teatre Lliure. La visita nos la guía el arquitecto de la última remodelación del edificio, que por lo que nos explica ha cambiado bastante. Por lo que entendí, el edificio que alberga al Teatre Lliure era el principal edificio del palacio de agricultura, y al igual que el Mercat de les Flors, después de la exposición cayó en desuso. No fue hasta los años 90 que el ayuntamiento propuso recuperar el espacio como Teatro, enfocándolo más hacia el teatro contemporaneo que al clásico.
Esta diferencia una vez más tiene que ver con los espacios: salas diáfanas y muy modulables (los asientos se pueden subir, bajar, esconder... mediante brazos telescópicos que están debajo de ellos). A diferencia del Mercat, aquí los camerinos (que no vemos) son individuales mayoritariamente, para que ensayen los textos los artistas. Por contra, en el Mercat los camerinos son compartidos para poder ensayar las coreografías.
La verdad es que tanto Mocanam y Yocarti, como yo, nos vamos satisfechos de un par de visitas de las que no esperábamos gran cosa. Cosas de la arquitectura: lo funcional también es bello.
Más o menos: rojo Mercat de les Flors y verde Teatre Lliure. En 1929, claro |
Ya solo queda que yo haga de guía al día siguiente para acabar con el fin de semana del Open House. El ingeniero explicando a Gaudí. Tela.
continuará
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